El éxtasis de la cocina se halla en este precioso y espectacular restaurante:
El Corral del Indianu en Arriondas, Asturias. Estoy seguro que no puedo expresar en palabras el homenaje gastronómico que viví allí. La mejor recomendación que puedo hacerles es que se acerquen hasta el lugar y degusten lo que se les ofrece. Estoy seguro que van a quedar maravillados, puesto que van a probar sabores exquisitos e inimaginables.
¿Y quién es el autor de esta maravillosa obra de arte? El mago es (nunca mejor dicho) José Antonio Campoviejo. Él ha sabido aunar sabores de antaño con texturas de hoy, logrando que los productos tradicionales asturianos, ya de por sí espectaculares, se conviertan en platos innovadores y a la altura de cualquier restaurante de la nueva cocina. Aprovecho, además, para felicitarle por su confirmación de la estrella Michelín, algo que, dados los tiempos que corren, es harto difícil.
Para abrir boca (y no gastronómica, precisamente) el local merece una reseña, debido a su preciosa decoración y el majestuoso entorno ¡¡Todo cuidado al mínimo detalle: mantelería, mesas, sillas, flores, alfombras, un jardín precioso, lámparas...!! Un 10 ¿Y el entorno? Los Picos de Europa nos miran penetrantes con sus ojos y uno quiere entregarse a ellos, disfrutando de la plena naturaleza ¡¡Qué belleza!! Comer y pasear por dicho entorno es una experiencia inolvidable.
Y ahora a por lo bueno. Bueno no (me he quedado más corto), MAGNÍFICO. Y en estas grandes ocasiones ¿Qué es lo que hay que hacer? ¡¡Acertaron!! Elegir el menú degustación. Ya veo que siguen con verdadero fervor mi blog.
El comienzo ya vaticinaba el sueño gastronómico que íbamos a vivir. Antes de empezar con el banquete se nos ofrecieron variedades de panes y sales para acompañarlas al aceite. Y amigos, un buen pan es básico para no estropear un menú lujoso. En este caso, los 3 fueron a cual mejor: pan de pueblo, pan de la Toscana y pan de aceite. Sales había para elegir: sal blanca marina, sal negra de Hawaii y sal roja de roca.
El primer plato fue SOBERBIO con mayúsculas: bombón de cabrales y manzana asada con chocolate blanco. El plato merece ser promocionado, porque la idea de mezclar el queso con la manzana estaba más que manida, pero en forma de bombón de chocolate es de nota sobresaliente. A continuación una ternera ecológica atunizada en un remake de Vitello-tonatto. Sobran las palabras; en mi opinión, el mejor atún semi-crudo con tomate que he probado en toda mi larga vida culinaria.
La innovación continuó con las verduras. Unas acelgas sobre un pastel de verduras espectacular: verduras sabrosas y conjuntadísimas. El siguiente paso fue uno de los más importantes que un servidor ha vivido en su periplo gastronómico. Se trata de un plato que va a perdurar años y años en mi memoria gastronómica: patatinos rellenos de jarrete glaseado
¡¡Todavía se me inundan de lágrimas los ojos al recordar una carne que se deshacía en la boca; era seda gastronómica. Y las patatas estaban supremas. Todo ello acompañado de una salsa nacida para ser untada y con unas patatas prácticamente invisibles, dado el corte milimétrico, pero con un sabor más que visible. Un gozo para todos los sentidos y que quedará para los anales de la historia. Estoy seguro.
¡¡Y un plato que no podía faltar en la gastronomía asturiana!! Su plato por excelencia: la fabada. Pero no se trataba de una fabada al uso. No, señor. Las alubias iban acompañadas de lechuga, cebolla morada y con una crema de morcilla en el fondo. Todo ello, una vez bien mezclado, convertía el plato en un majestuoso manjar.
Llega el momento del pescado y de la carne. Grandes aciertos también. En el pescado y en la carne. La reina de los mares, la merluza, fue una vez más la escogida en el apartado de pescados. Merluza fina, blanca y fresquísima acompañada de un tomatito y salsa de alcachofa cremosa. Gran conjunción de sabores y elegancia a no más poder.
¡¡Y cuando parecía que todo había acabado antes de llegar a los postres,
gran ración de carne!! Falda de ternera y sus jugos enriquecidos con
hierbabuena. La salsa, exquisita por cierto, era como degustar una
fabada. Además iba acompañada de unas bolas de queso para suavizar el
conjunto y lograr un toque muy especial.
Y estoy seguro que acertarán el postre con el pusimos fin a esta auténtica obra de arte gastronómica ¿Qué postre puede igualar al arroz con leche asturiano? Es la cuna de tan afamado postre ¡¡Ese arroz dulce suelto y con el caramelo quemado por encima!! Es obligatorio y saludable probar un arroz con leche asturiano, incluso para el que no le gusta, porque le acabará gustando. Se lo prometo.
Para digerir este homenaje un rico café acompañado de unos dulces caseros deliciosos y apetitosos. Y perdonen, pero esta vez me voy a detener en el vino, dado que fue una recomendación de la casa y con pleno acierto: un nuevo vino denominado Martúe. Origen Castilla La Mancha y elaborado por el afamado Emilio Aragón. Pruébenlo, si quieren conocer sabores originales. En consonancia con la comida por su toque innovador, desde luego.
Si quieren ser un poco más felices de lo que ya lo son, hay un bello lugar que les está esperando. Ya lo verán.
Última visita: 26/11/11
985 84 10 72
