martes, 29 de enero de 2013

Gastronomía con poso naval

Hoy, queridos lectores, tenemos el placer de atracar en un puerto gastronómico muy especial: el Astillero Euskalduna de Bilbao. Evidentemente, su relación con el mar es innegable, puesto que el Restaurante Astillero Euskalduna se sitúa en Olabeaga, al lado de la Ría, una zona que es una parte importante de la Historia de la Noble Villa de Bilbao, debido a la navegación fluvial, los astilleros, y los altos hornos. Esta zona estaba ocupada por los conocidos astilleros de Euskalduna, en la zona de Abando Ibarra, cuya regeneración urbana, no sólo ha sido un ejemplo y éxito a nivel nacional, sino incluso a nivel internacional. Un pequeño detalle más con historia: la casa en la que se ubica fue a comienzos del siglo XX el Pabellón de Carpintería de los astilleros, la cual hoy se distingue fácilmente por su colorido rojizo que destaca en la silueta del muelle.






Y una vez en el interior, como no podía ser de otra manera, lo que destacan sobremanera son la cantidad de elementos con significado marinero. Utensilios de navegación, placas de los viejos navíos de la Ría y demás parafernalia de buques, diques y muelles se complementan con enormes fotografías que reflejan el pasado marino de esta parte de la ciudad. Todo ello permite e invita a que su cocina sea tradicional, pero con un cierto toque desenfadado, donde lo que prima es ofrecer el mejor menú personalizado para cada ocasión.








Por tanto, nosotros también optamos por un menú a medida que constaba de dos entrantes, pescado, carne y su correspondiente postre. Es decir, realmente perfecto, completo, íntegro y nutritivo. El comienzo de la sinfonía gastronómica sirvió para ir afinando la sonoridad de las siguientes viandas: una exquisita ensalada de queso de cabra con vinagreta de miel y frutos secos. Perfecto maridaje entre el cada vez más empleado queso de cabra como acompañamiento en las distintas hortalizas y la dulce vinagreta de miel. En definitiva, suave y fresca ensalada.




 Como segundo entremés, una de mis debilidades y que también se está convirtiendo en uno de los clásicos de nuestras mesas: risotto de boletus, espárrago triguero y bacalao. A priori, un servidor tenía ciertas reticencias acerca de cual podía ser el resultado final del plato, dados mis respetos hacia el bacalao, pero nuevamente todas y cada una de las materias primas se complementaron perfectamente, con lo que la nota que obtiene, es máxima.





 Llega el momento más complicado del festival gastronómico; el bacalao, y por si fuera poco, a los dos gustos. Tanto al pil-pil como a la vizcaína. Debo de reconocer que en cuanto a calidad, frescura, color, tersura del pescado y como estaban ligadas ambas salsas, nada que objetar. Gran plato para los amantes de este clásico, pero no voy a insistir con mis problemillas con el inocente pez.






Y por último, la carne. Igualmente, en esta oportunidad se nos presentó un plato cuyo reciente auge está sorprendiendo a propios y extraños: carrillera en su salsa con puré de patata al tomillo. Estoy seguro que tienen la certeza que hoy por hoy es la carne más tierna, delicada y suave que existe en el mercado. De este modo, teniendo en cuenta las actuales apreturas económicas, es más que un digno sucesor del tan alabado y adulado solomillo.






 Toca su fin con el surtido de postres de la casa ¡¡Qué les puede decir un hombre tan goloso como yo!! Pues que en este apartado rizaron el rizo. Es donde demostraron el toque innovador que también poseen. Hubo de todo y todo delicioso: helado, flan, coulant de chocolate, tarta de queso... Marvellous!!







Así que, si quieren navegar y disfrutar gastronómicamente, hay un sitio que les está esperando y su nombre es Astillero Euskalduna.


Última visita: 14/12/12
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Calle Dike nº 1-3 Y 5.
Bilbao. c.p.: 48013.


944418888 - 635267262

martes, 22 de enero de 2013

Maestro entre maestros

Hoy nos toca visitar a un cocinero de los clásicos de nuestra gastronomía: Daniel García. Él siempre ha demostrado lo mucho que le ha apasionado la cocina, porque además de ofrecer verdaderas exquisiteces emplatadas, siempre ha intentado adentrarnos en este apasionante mundo, gracias a sus magistrales clases en su prestigiosa aula de cocina. Pero y de sus restaurantes, ¿qué se puede decir? Todos excelentes: El Viejo Zortzi, Zortziko y Atea. Hoy nos vamos a centrar en el primero, dado que del resto ya tienen su debida y merecida reseña en el blog.






Del Viejo Zortzi hay que destacar, que es el precursor de todos ellos ¿Cómo se podía imaginar nuestro querido Daniel allá por 1981, cuando se fundó este local, lo que sucedería a continuación? Su estrella Michelín, su participación en numerosos programas de televisión y colaboraciones periódicas, tanto en medios de comunicación especializados en gastronomía, como en prensa genérica y programas de radio, sus enseñanzas gastronómicas... Un hombre sin límites. Y aún hay más: no sólo se trata de una cocina de prestigio, la cual se ha convertido ya en un referente, sino que la bodega es espectacular. Siempre a su disposición los vinos más novedosos y exclusivos.






 



Otra peculiaridad más a señalar: El Viejo Zortzi es gran amante de la cocina personalizada, de ahí que ofrezca multitud de menús ad hoc y los vaya modificando en función de la estación, con el fin de que los productos de temporada sean predominantes en dicho menú. Comenzamos el festín como mandan los cánones: con un aperitivo, tal como un chupito de gazpacho. Natural, natural. Bravo.









 

3 entrantes más. Primero, un excelente jamón ibérico cortado a cuchillo. Y lleva el nombre de excelente, porque así fue ¡¡Hay tanta diferencia entre un jamón de calidad y uno vulgar!! Y si a ello le añadimos el corte a cuchillo, ya tenemos la ecuación perfecta. Uno de los mayores crímenes que podemos cometer es cortar a máquina un jamón de calidad, y si no, pregunten a los grandes maestros jamoneros...














Para el segundo entrante, regresamos a la tierra del Viejo Zortzi ¿Teniendo el mar a un paso cómo negarse a productos, tales como unas sardinas del Cantábrico en aceite hecho en casa? Todo de aquí, local, sabroso, materia prima de primerísima calidad ¿Se puede pedir algo más?














Último entrante, y nuevamente vuelta al sur ¿Si el jamón fue exquisito a dónde dirigirnos para degustar unas gambas a la altura del ágape? Pues efectivamente, la ciudad qué debemos de visitar es Huelva. Así, pudimos saborear unas gambas de Huelva a la plancha, para quitarse el sombrero.



 
Vayamos ahora con los platos principales. El inicio fue soberbio, puesto que estamos hablando de una de las principales especialidades de Daniel: el risotto de hongos. Pocos tienen la destreza, aptitud y soltura que tiene nuestro chef en materia de arroces. Arroz suelto, ligero, jugoso con unos hongos sabrosísimos. De 10.








 
 Y como punto final antes de llegar a los postres, el pescado, pero con la constante originalidad que caracteriza a Daniel. Atún rojo muy muy poco hecho, estupendamente acompañado por unos pimientos caseros y deliciosas patatas. Una forma distinta de comer el atún, sin el riesgo de que llegue a quedar seco, como ocurre en muchas ocasiones.








Por último, la apoteosis. Los postres. Esta es la faceta en la que siempre le ha gustado adornarse a Daniel ¡¡Qué variedad de dulces, madre mía!! Helados de diversos sabores, mini-tarta de frutas, mousses... Todo precioso para la vista, dado su colorido, y lo que es más importante: rico, rico, rico...



Por mi parte, no tengo nada más que decirles. Simplemente que Daniel García es la comida que enseña.



Última visita: 25/07/12
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Calle Licenciado Poza , 54.
48013 Bilbao.
Vizcaya



944 419 249

martes, 15 de enero de 2013

Quien mucho abarca poco aprieta

Nuestro lugar de hoy es realmente especial, porque el establecimiento que nos ocupa ha pasado de ser un asador-sidrería a una de las mejores barras de pintxos y tapas de España. Un ejemplo claro y evidente de I+D+i. Hablamos del Sagartoki (sidrería en euskera, precisamente) sito en la ciudad de Vitoria. Pequeño problema: pintxos excepcionales como acabamos de comentar, pero el restaurante bien, sin alardes, dada la tarifa demandada. Y si a eso le añadimos, que el local es básico y con unas barricas de sidra... Puntero en innovación en los pintxos, aunque sin dar aun ese paso en la sala principal.





Y es verdad, nuestro cocinero autodidacta, Senén González, ha logrado creaciones verdaderamente innovadoras, tales como su originalísimo rulo: inspirado en los populares sushis y makis japoneses, el "rulo", la última creación del Sagartoki, es una peculiar versión o interpretación de similar aspecto formal a estos bocados, que nacen de las "láminas vegetales deshidratadas", una gama de colores y sensaciones apta no sólo para enrollar el suculento recetario creado para la ocasión, sino también para ofrecerse como snacks. Un auténtico lujo para el paladar y la vista. Sin olvidar, su famosa tortilla de patatas, vencedora en multitud de concursos. En mi modesta opinión, quizás, un tanto sobrevalorada.







En esta ocasión optamos por el menú llamado Esencial Sagartoki de pintxos y productos a la brasa. Y como no podía ser de otra manera, el festival comenzó con la vianda estrella: una espectacular selección de rulos fríos. Se nos ofreció la archiconocida "Gilda", pero en versión moderna, como le caracteriza a Senén: Rulo de zanahoria, pimientos, anchoas y guindillas. La exigencia de la innovación ya merece un 10 de por sí.








Y a continuación, uno de los platos soñados. En muy pocas ocasiones he tenido la oportunidad de degustar semejante maravilla. Sin miedo a equivocarme, les aseguro que se encuentra en el top ten de los miles y miles de platos que he podido saborear a lo largo de mi vida culinaria: huevo frito envuelto en lámina de patata. Lo anuncio en plan telegrama, para que sea más fácil recordarlo: asistir Sagartoki, comer huevo envuelto. Eso sí, no traten de masticarlo, cómanlo de bocado, puesto que si no, la explosión no será dentro de su boca...








 Más delicatessens y productos innovadores... ¡¡Marchando una de trío de croquetas!! El trío ya nos está dando una pista de que las croquetas ofrecidas respondían a 3 tipos de croquetas: jamón, chipirón y queso y nueces. Especial mención para estas últimas ¡¡Qué cremosas!! Buen dominio de la bechamel en todas ellas y una fritura bastante limpia. Más que correctas.







 
Y por fin, el último snack, pintxo, tapa o como le quieran llamar: alcachofas en tempura con crema de pistachos ¿Saben dónde estaba la auténtica magia del plato? Pues en la salsa. Otra exquisitez más que nos ofrece Senén. Sus dotes en lo que concierne a la cocina en miniatura están libres de cualquier tipo de sospecha.







Sin embargo, aquí llegan los peros. El que a todas luces era el plato principal no nos satisfizo, lo cual nos certifica que evolución, innovación y creación de nuevos productos sí, pero lo que es realmente el plato, tradicional y sin misterio y magia alguna. Una chuleta aceptable, pero con unas patatas congeladas. Cuesta creer que tras cuidarse los detalles al mínimo, se cometan este tipo de errores. Y otro pero: ¿Qué cuesta ofrecer en un menú de semejantes características un vino y no únicamente sidra? Desde luego que desvirtúa totalmente esas pequeñas joyas de las que hemos hablado largo y tendido.










En el postre, gracias a Dios, Senén volvió a lucirse. Sabrosísimo cremoso de chocolate con helado de leche tostada. Fantástico para los golosos y para los que no lo son tanto.







¿Cuál es la conclusión? Tanto arte en la elaboración de cocina en miniatura es suficiente por el momento. Piano, piano. Ya llegará el momento de atacar otros frentes ¿Para qué meterse en otras guerras, si la gastronomía que se ofrece en barra es de lo mejorcito que podemos encontrar? Por lo tanto, disfrutemos, y mucho, con sus pintxos...



Última visita: 06/12/12
Ver ubicación          

C/ Prado, 18
 01005 · Vitoria-Gasteiz (Álava)



945 28 86 76

martes, 8 de enero de 2013

Tradición y sencillez

Ya estamos de vuelta de vacaciones. No sé si me han echado mucho de menos; yo desde luego que sí. Y dado que el paréntesis ha sido considerable, en el día de hoy voy a tratar de compensarles en cierta medida. La ciudad escogida ya es un premio: la Bella Easo. Donosti de por sí es preciosa, acogedora y abierta. Además, su gastronomía es una garantía de éxito. Por tanto, mejor entrada del nuevo año imposible, ¿o no? Ahora a por el restaurante...






El lugar que van a conocer es un sitio tradicional, sencillo, con comida de toda la vida, donde tanto la carne como el pescado son manjares bien elaborados. Esa joya es el Aldanondo. Son brillantes seguidores de la cocina tradicional vasca, y eso amigos, es mucho decir... Eso sí, existe una vianda que es el verdadero emblema de la casa: el chuletón. Ya saben qué producto deben saborear si visitan este modesto local, pero con notables ambiciones culinarias...







El banquete esta vez fue de los de órdago. Vean y comprueben. Variedad de entrantes: unos boquerones del Cantábrico, los cuales eran pura delicia, y todo porque se trataba de materia prima de primera calidad al alcance de la mano. Afortunados y dichosos nosotros...

Y la apoteosis llegó con el cardo ¿Saben qué es un plato típicamente navideño en multitud de nuestras regiones del país? Un poquito de jamón, harina en algunos casos para engordar la salsa y almendras si se le quiere dar un toque especial, y tendrán, les aseguro un señor plato. Les animo a que opten por probarlo en sus casas, porque además es realmente económico.









Y después de hacer campaña de esos cardos, olvidados sin motivo alguno por muchos, llega el momento de presentar a un primo hermano de la familia: corazones de alcachofas. Que conste en acta, que este también es un plato navideño, y dadas las fechas en las que nos encontrábamos cuando visitamos el establecimiento, pues nos inclinamos por dicha gastronomía. Cada manjar en su temporada más propicia...






Y aunque no se lo crean, aun nos queda un entrante más. Por cierto, les advierto que es otra de las joyas de la casa, por lo que apresúrense a demandarla: pimientos del piquillo caseros con sus ajos. Por cierto, ya ven que todo el material en el cual se ofrecen las distintas viandas es ciertamente rudimentario, de toda la vida, reflejo de su filosofía de amar la cocina de siempre.



No se preocupen que por fin llega la tan esperada, apreciada y sabrosa chuleta. Analicen el testimonio gráfico y juzguen ustedes mismos ¡¡Qué textura!! ¡¡Qué color!! El sabor lo anuncio yo: exquisito. Desde luego, que una gran parte del mérito es la materia prima, pero cuidado que los hay muy "habilidosos" estropeando auténticos tesoros y maravillas de la naturaleza...





Y como traca final un fresquísimo rodaballo ¡¡Qué gusto cuando uno visita restaurantes en los cuales sus cocineros dominan la ejecución tanto los productos de la tierra como del mar!! Gran pescado, pero claro el listón de la carne era difícilmente superable. No obstante, más que bien...





Finalmente, postres para dar y regalar. Todos ellos con el mismo sello: caseros. Flan, cuajada, pirámide de chocolate... Variados y ricos. Más que correctos.











Por tanto, si son amantes de la gastronomía sin complicaciones y sin estridencias, no lo duden, Aldanondo en la preciosa Donosti les está esperando.





Última visita: 01/12/12
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Calle de Euskal Herria, 6 
20003 Donostia-San Sebastián, Guipúzcoa



943 42 28 52