martes, 25 de marzo de 2014

La saga gastronómica continúa

Hoy regresamos a nuestro apartado Joyas gastronómicas, para dedicarle, aprovechando su efeméride,  unas líneas a un restaurante con mucho peso histórico en la gastronomía vasca,  ¡¡Dicho restaurante cumple 50 años!! Ahí es nada... Sin más dilación, les presento a... Andra Mari sito en Galdakao (Bizkaia). Un sueño familiar que no deja de cumplir años. Dicho proyecto ilusionante comenzó en un primaveral mayo del 64 (verdaderamente fecha ideal y sin parangón, para comenzar cualquier tipo de sueño) cuando los hermanos Asúa-Patxi, Dominga y Juan Cruz-transformaron la parte baja del caserío familiar en una taberna, la cual con el paso de los años se ha convertido en un referente de la cocina vasca.







A medida que ha ido pasando el tiempo, se ha optado por combinar la tradición con la innovación gastronómica, siendo el responsable de todo ello, Roberto, el hijo de Patxi. Gran mérito el de tratar de innovar, cuando el entorno no invita a ello, precisamente: caserío con mucha historia bajo sus cimientos, la iglesia Andra Mari, cuya existencia se remonta al siglo XIII, y de la cual, evidentemente, toma el nombre... Pero el resultado ha sido espectacular; receta culinaria amplísima, donde los platos de toda la vida combinan en perfecta armonía con la innovación gastronómica de última generación.






Y hablando del lugar, el caserío enamora desde el primer momento. Arquitectura popular vasca, que se integra a las mil maravillas con el entorno que le rodea; somos dueños del valle Ibaizabal en una panorámica espectacular, en la cual se asoman expectantes los inmensos y bellos montes de Dima, Oiz y Gorbea ¿Y por qué somos presa del enamoramiento? Porque en Andra Mari todo está cuidado al mínimo detalle: mantelería, objetos de cerámica popular vasca, maderas nobles, decoración esmerada, cubertería de diseño e, incluso, la indumentaria de las camareras es el típico traje tradicional de la tierra, pero no el de diario, si no el escogido para salir el "domingo".






Antes de saborear todo lo que ofrecen, merece la pena visitar la bodega, situada en la planta baja del restaurante, que recoge una cuidada exposición enológica y más de 400 referencias de vinos de todo el mundo. Un verdadero lujo, en consonancia con su gastronomía. 3 menús y una variada carta para saciar los paladares más exigentes: Menú Andra Mari (el innovador por excelencia), Menú Tradicional Elexalde (su nombre bien lo indica) y Menú Bodega (un híbrido entre los dos). Ustedes mismos. Seguro que ninguno les defrauda; su estrella Michelín no es, en absoluto, gratuita. Los productos autóctonos son responsables de dicho éxito: hortalizas de la huerta propia del restaurante, pescado del golfo de Bizkaia y carne de las praderas de las montañas anteriormente mencionadas ¿Alguien da más?


Todo eso y mucho más es Andra Mari. Cocina de calidad vasca en un entorno entrañable, idílico e inolvidable.


Ver ubicación Latitud: 43º 14’ 06’’ Norte Longitud: 2º 49’ 58’’ Oeste

Barrio Elexalde, 22
48960 GALDAKAO
BIZKAIA

94 456 00 05

martes, 11 de marzo de 2014

La brasa, su razón de ser

Los amantes de la materia prima sin aderezos, disfraces y florituras están de enhorabuena, pues en el día de hoy vamos a visitar un lugar donde la zona de la brasa es un lugar sagrado: el asador Horma Ondo, ubicado en Larrabetzu, el cual fue inaugurado en febrero de 2007, y está emplazado en el caserío Legina Goikoa, en el campo de golf del Club de Golf Artxanda. Merece destacar la preciosa restauración que se ha hecho del caserío (se consiguen plasmar el ambiente moderno y el tradicional con gran eficacia), las vistas espectaculares al campo de golf y la pequeña, pero coqueta terraza. Digo febrero de 2007, pero seguro que algún lector ha tenido la oportunidad de saborear su gastronomía con anterioridad, puesto que antes que dicha fecha se ubicaba en el municipio de Amorebieta. Les aseguro que han ganado con el cambio.







Además esas vistas espectaculares, Horma Ondo dispone de dos comedores amplios en la planta de arriba y en la planta de abajo con capacidad para doscientos comensales y dos pequeños rincones, dirigidos al ocio, con capacidad para veinte personas. Por último, volver a mencionar la terraza, por todo lo que ofrece y el bar de catas. En definitiva, notable variedad de espacios. Al igual que su gastronomía, la cual alterna sus valores tradicionales y sencillos (gracias a la mano de una madre amante de los fogones, como es el caso de Trinidad Gurtubai, una de las mejores conocedoras de la gastronomía vasca) con unos síntomas de innovación acusados.








Como obligaba el lugar, todos los platos que demandamos fueron a la brasa. De este modo, comenzamos con unas almejas, pero esta vez no fueron a la marinera, ni crudas, sino a la brasa, y ¡¡vaya qué nos sorprendieron!! ¡¡Qué sabor!! Amén de que el tamaño y la calidad de la almeja era soberbia. Ya ven con algo tan simple, y nosotros tan felices. La importancia de la materia prima, algo tan repetido, pero no por ello en muchos casos olvidado.







De la misma manera, el otro entrante también se ejecutó en la brasa: verduras frescas de Navarra a la brasa. Lo anteriormente dicho sirve 100% para este plato. Producto, producto y producto. Es el auténtico lema de la casa. Sólo se ofrecen las mejores materias primas de temporada, y eso, desde luego, es de agradecer.









Y por último el plato estrella de la casa, por el cual cientos de comensales acuden ansiosos a Horma Ondo: la chuleta de ganado mayor a la brasa, eficazmente acompañada por una ensalada de lechuga y unas patatas fritas. Acerca de las carne todo bondades, no obstante, hablando de precios, algo que un servidor rara vez detalla, totalmente desorbitado. Por lo que la bondad del producto, al cabo de unos minutos adquiere, desgraciadamente, tintes algo más tenebrosos y dramáticos.








Y aunque sea un tanto sorprendente, el tirón de la brasa se mantuvo en los postres, puesto que uno de ellos, vivió igualmente su momento brasa. En concreto, estamos hablando de la torrija de pan brioche a la brasa caramelizado con helado de canela. Lástima que el nombre prometiera más que la sustancia. No fue una torrija de la que guardaremos un recuerdo imborrable. Prescindible, diría yo.











Como fin de fiesta, uno de mis postres clásicos: souflé de chocolate coulant con helado de frutos rojos. Tampoco espectacular, pero sí que superaba en elaboración y calidad al anterior. Incluso el helado era más apetecible.









Ya ven, la magia de la brasa tiene un nombre y un lugar: Horma Ondo en Larrabetzu.



Última visita: 08/03/14
Ver ubicación Latitud: 43º 15’ 11’’ Norte Longitud: 2º 49’ 17’’ Oeste

 Caserio Legina Goikoa, 48195
 Larrabetzu, Bizkaia


946 56 57 00