martes, 11 de noviembre de 2014

Tradición gastronómica asturiana

Hoy visitamos Gijón. Un lugar al que siempre nos encanta regresar y que gastronómicamente hablando siempre nos depara más de una sorpresa agradable. La verdad es que en Gijón hay muchísimo para escoger, de modo que hoy nos guían nuestras piernas y se impone la ubicación. De este modo, como no podía ser de otra manera, el restaurante elegido no puede estar muy lejos del paseo de la playa. Y así es; cercano a las olas que rodean Gijón se encuentra el restaurante Ciudadela, donde, desde luego, la carta es toda una declaración de intenciones.






En este lugar tanto Víctor Ramón Álvarez como Ignacio Velasco ofrecen unas muy meritorias tendencias gastronómicas innovadoras, sin olvidar nunca la filosofía de la gastronomía asturiana y la tradición regional basada en la calidad de la materia prima y en los sabores. A destacar igualmente, los comedores, puesto que  se proponen dos ambientes diferentes, uno en la parte superior con un comedor más bien tradicional, y otro, en la parte inferior, el cual le hace a uno sentirse que se encuentra en la cueva de Alí Babá. Si tienen la posibilidad, opten por este lugar, porque le da un valor añadido a la aventura gastronómica.








Comencemos con el juego del comer. En lugares así, como no podía ser de otra manera, el inicio fue cortesía de la casa: crujiente de presa ibérica. Soberbio. Y sí, es verdad que se está abusando de este manjar, lo que está provocando que en determinadas ocasiones se ofrezcan auténticas mediocridades. No fue el caso. Para nada en absoluto.





A continuación 2 entrantes, como mandan los cánones. Por un lado, las tiras de calamar frito con alioli de limón. Nótese en el testimonio gráfico que cuando no pueden innovar con el contenido, le dan un toque especial al continente. Así, en esta ocasión el diseño del recipiente se asemejaba a lo que podría ser un cucurucho en el que se degustan los sabrosos caracolillos. Bien por la idea y en su punto los calamares.





El otro entrante, un clásico que si el producto es de calidad, es imposible que nos deje en mal lugar. Estamos hablando de un espectacular plato de jamón, pero señores, "Sánchez Romero Carvajal 5J". Con eso está todo dicho. Sobran las palabras. Por cierto, vean nuevamente el plato ¿A qué les recuerda? ¿No me digan que no se asemeja a una pata de jamón? Nuevamente adaptación del continente al contenido. Enhorabuena.





Los platos principales también unos clásicos de nuestras cocinas, pero una calidad muy por encima de la media. En cuanto al pescado, fue el rey de la fiesta; un cogote de merluza con patatas panaderas y ajitos que era fresco hasta decir basta ¿Por qué algunos se empeñan en emplear salsas misteriosas y extrañas? ¿No será para ocultar deficiencias del pescado? En este caso, todo "a pecho descubierto" y sin trampa ni cartón. Sobresaliente.









¿Y de carne qué? Pues marchando una de chuletón de buey laminado con patatas fritas y verduritas. La carne, sabrosa y tierna. No se puede pedir más. Mención especial al tema de las sales: sal maldon (muy típica de la zona de Ibiza), sal volcánica de arcilla de Hawai, sal negra de la India... Todas le otorgaban un sabor especial al producto, incluso hasta rozando lo dulce en algún caso. Por tanto, más que valorable el esfuerzo.












Y para terminar el festín, cómo no, un buen postre: tarta de manzana templada y sorbete de pera. Ya saben, en Asturias la manzana es el producto estrella, por lo que estamos ante un valor seguro. Además la combinación del dulce con el sorbete rayaba la perfección. Creo que acertamos plenamente en la elección del final de fiesta.






Un plan perfecto. Paseo matinal por la playa de San Lorenzo y una visita a La Ciudadela.



Última visita: 25/10/14
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C/ Capua 7
33202 Gijón

985 34 77 32

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