miércoles, 15 de abril de 2015

Rey de la carne

Hoy viajamos a un lugar que, para los que tienen buena memoria y son algo maduritos, les va a resultar bien familiar: Banyoles en la provincia de Girona. Lugar conocido, dado que en el lago de dicha población se celebraron las pruebas olímpicas de piragüismo de Barcelona 92. Por tanto, viaje gastronómico-cultural-deportivo ¡¡Ahí es nada!! Y allí, encontramos un lugar muy especial para poder disfrutar y saborear la rica gastronomía catalana, que no es otro que El Capitell






¿Qué podemos decir del lugar? Sobre todo, se debe destacar su sencillez, que también se plasmaba en el personal. Hablando del personal, la dirección del local la lleva un matrimonio (Imma Besalú, jefa de sala; Miquel Cros, cocinero), y eso, desde luego, que luego  se nota en la cercanía y trato hacia los distintos comensales. Una pareja que lleva 10 años delante de los fogones, mejorando día a día, siendo su especialidad principal la carne a la brasa.





En esta ocasión no optamos por una decisión clásica de primer y segundo plato, y nos decidimos por 3 entrantes y un segundo, con el fin de poder degustar más platos. Comenzamos con una más que refrescante ensalada de tomate, lechuga y aguacate. Buena manera de refrescar las papilas gustativas, dado que el producto era de primera calidad, siendo esta la premisa principal de cualquier plato.




Más. Pimientos rellenos de bacalao. Sencillo, pero complicado al mismo tiempo. Se trata de un plato, sin pretensiones, pero si se elabora con maestría, como fue el caso, se convierte en uno de los mayores manjares. De nuevo, el producto, el pimiento, de primerísima calidad, a lo que se unió una bechamel espectacular y una salsa bien ligada y sabrosa.





Y como tercer entrante, el más vanguardista y sorprendente: rigatoni con setas y caviar de trufa negra. Realmente para chuparse los dedos. Si algo hubiera que criticar es la escasez de la ración ¡¡Tanto nos gustó que nos supo a poco!! Desde luego fueron dignos representantes de "lo breve, dos veces bueno".







Por último, el plato estrella del lugar: chuletón de buey con 30 días de maduración. Destacar que la carne se corta al momento, pudiendo escoger piezas de mayor o menor peso. Todo ello nos hacía presagiar algo muy bueno, como así sucedió. Pura magia emplatada.








Sí. Hubo hueco para el postre: un delicioso mousse de chocolate blanco. Excelente rúbrica. Nada empalagoso, fino y dulce. Evitaron caer en pomposidades excesivas, y ofrecieron algo sencillo, pero exquisito. Muy bien.





Ya saben, comen bien y luego se dan una vuelta por el lago olímpico. Buen plan, ¿verdad?



Última visita: 30/03/15

Plaça Major, 14
17820 Banyoles

972 57 31 24

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