jueves, 6 de octubre de 2016

Cocina en miniatura

El mero hecho de visitar Sevilla es ya todo un  acontecimiento, y si a eso le unimos la posibilidad de disfrutar de una impecable gastronomía, la ecuación es ya perfecta. Así pues, en uno de los barrios más carismáticos de dicha ciudad, el Arenal, encontramos esta pequeña bella joya de los fogones, que no es otra que Petit Comité. Allí lo que se nos ofrece no es demasiado extenso en cuanto a número de platos, pero sí enorme en cuanto a su calidad.







El local también es precioso y original, si bien quizás algunas mesas no guardan la distancia ideal en uno de los dos salones de los que ofrece el restaurante. En concreto, en el primero que se puede ver desde la calle, mientras el que se encuentra más al interior dispone de más mesas y algo más espaciosas. Eso sí, el diseño exterior está muy cuidado y ya dentro uno se va enamorando aún más; sus baldosas hidráulicas son muy llamativas, amén de las repisas de madera que contrastan perfectamente con el blanco de sus paredes.







En lo que respecta al homenaje gastronómico, la fiesta consistió en una sucesión de diferentes platos. Primero, un salmorejo de categoría. Cualquiera diría que allí sólo había cinco ingredientes, tales como ajo, aceite, vinagre, sal y tomate, además de las sobresalientes virutas de jamón y los trozos de huevo cocido. Esplendor con lo mínimo, podríamos decir.




A continuación una de las sorpresas del banquete: una ensaladilla muy especial. Su toque de mostaza junto a la yuca delicadamente cortada la convierte en algo diferente. Plato atractivo, exquisito y sabroso.








Sigamos. Una de las recomendaciones de la casa: los boquerones al "Tío Pepe". Boquerones macerados en vino fino y acompañados de un alioli de hierbabuena. Una presentación también en este caso un tanto original. Afortunados nosotros que estábamos en temporada de dicha especie y tuvimos la suerte de poder saborearlos. Joya de Andalucía.











Más. Prueba de croquetas, llamado así porque se ofrecen tres sabores diferentes. Sabores que van variando según la época: carne, verduras, puchero... pero siempre, si tienen la suerte de que la carta las ofrezca, batallen por la de queso gorgonzola. Son las mejores. Lo que es generalizado es la calidad de la fritura y de la bechamel.













Que siga la fiesta: huevo campero roto con foie. Al mismo nivel que los anteriores platos, que es mucho decir, o incluso por encima. El lema de este plato no es otro que siempre basarse en el producto local y de calidad. Fiel reflejo de ello es la propuesta de un huevo tan vistoso.








Cambio de tercio. Degustación de un plato no tan local: tallarines yakisoba con pollo, calabacín, berenjena y pimiento. A reseñar la exquisitez de la verdura, que eso sí que es más materia prima de la tierra. Bravo.







Y por último, porque, aunque no se lo crean, no se guardó espacio alguno para el postre, el plato que, quizás, fue el que más maravilló a todos y cada uno de los comensales: pulpo con parmentier trufada y yema de huevo. En este plato se encuentra la definición del restaurante: calidad, vistosidad, colorido, sabor... Magnífico broche final.








Petit Comité. Pequeño en espacio y en tamaño de plato, pero enorme en calidad.


Última visita: 01/10/16



Calle Dos de Mayo, 30
41001 Sevilla


954 22 95 95

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